Audrey's Story
La Historia de Audrey
Llegué a
Atlanta, GA directamente desde Puerto Rico para trabajar en 2013, me enamoré de
la ciudad y de un compañero de trabajo (que también era de Puerto Rico) y nunca
miré hacia atrás. Jorge y yo siempre supimos que queríamos tener hijos,
estábamos listos y nunca evitamos el embarazo en nuestros casi ocho años
juntos. Después de un año de intentar de quedar embarazados activamente, supe
que algo andaba mal. No tenía ni la más mínima idea del mundo de la
infertilidad, lo primero que hice fue una búsqueda en la red de un "médico
de infertilidad" y ni siquiera sabía qué era un endocrinólogo
reproductivo. Bajo esa búsqueda, encontré a mi nuevo ginecólogo. El sospechaba
endometriosis y síndrome de ovario poliquístico, y me diagnosticó que tenía un
quiste. El continuamente seguía sugiriendo que debería someterme a una cirugía
laparoscópica para remover el quiste y confirmar endometriosis. Me resistía a la
idea de la cirugía, pues nunca me había operado en mi vida y no quería tomarme
tiempo libre del trabajo. Después de muchos ciclos medicados fallidos, me
sometí a la cirugía y en la recuperación me fue de maravilla, sané rápidamente.
Durante el período de recuperación, quedé
embarazada y ¡descubrimos que estaba embarazada en Japón! Era nuestro viaje de
ensueño, un viaje tan esperado, y solo traía conmigo una sola prueba de
embarazo. Después de tener un día de retraso en el periodo y tener náuseas por
una copa de champán, decidí hacerme la prueba. Para nuestra sorpresa, vimos la
tan esperada segunda línea por primera vez. Aprendimos a decir prueba de
embarazo en japonés ("ninshin kensa yaku") y compramos tres pruebas y
todas dieron un resultado positivo. Cuando llegamos a Atlanta, lamentablemente,
escuchamos las palabras "saco vacío". Estaba tan confundida y con el
corazón destrozado, este fue mi primer aborto espontáneo. Caí en la depresión
más grande de mi vida. Los abortos espontáneos y la FIV (Fertilización In
Vitro) no se hablan abiertamente en mi cultura latina, puertorriqueña.
Continuamos con dos rondas de inseminación artificial, que fallaron, y en el
ciclo siguiente, quedé embarazada nuevamente de la manera convencional, pero
lamentablemente volví a perder el embarazo en el día de mi cumpleaños. Ya en
este punto, estaba dos pasos por delante. Durante mis ciclos de inseminación artificial,
había decidido que era hora de considerar la FIV y visité todas las clínicas en
Atlanta.
Asistí a
todos los seminarios gratuitos y obtuve consultas gratuitas de esta manera. Así
pude reunirme con las diferentes clínicas y médicos y sentir la compatibilidad.
Incluso cuando me enteré de que estaba embarazada, mantuve mi cita y acudí a mi
consulta como si no estuviese embarazada y luego ya vería cómo progresaba el
embarazo. Ya teníamos un plan B, FIV. Durante este proceso, vendimos nuestra
casa, redujimos nuestros gastos y pensamos cómo podríamos pagar la FIV.
Buscamos empleadores que tuvieran cobertura de FIV y ambos, mi esposo y yo
comenzamos a aplicar a estas compañías. Durante mi investigación, resultó que
el nuevo empleador de mi esposo tenía una de las mejores aseguradoras posible,
ya que la central de la compañía tenía cede en el estado de California. Finalmente
me pasé a su póliza para así que los gastos estuvieran cubiertos. Después de
todos los tratamientos anteriores que habíamos ya hecho, habíamos estado
pagando en efectivo, solo porque no preguntamos ni investigamos. Aprendí una
gran lección sobre la importancia de la investigación durante los tratamientos
de cualquier tipo. Somos muy afortunados de haber realizado tres, bueno
realmente casi cuatro ciclos de punción ovárica. Al momento de escribir esto,
estoy activamente haciendo la cuarta ronda. Em nuestros últimos tres ciclos de punción
ovárica, pudimos obtener 6 embriones genéticamente normales. Hicimos
transferencias, pruebas de ERA e incluso cambiamos de clínica y de endocrinólogo
dentro de la misma clínica, cuando sentíamos que era necesario. Nuestra primera
transferencia congelada no se implantó, en la prueba de ERA, por la cual tuve
que pedir y abogar ferozmente, descubrí que era pre-receptiva.
Nuestra
segunda transferencia terminó en una transferencia de emergencia de dos embriones
de que eran blastos de días tres, y bueno, también falló, tampoco implantó. La
tercera transferencia fue la más mágica, a pesar de que fue en junio, en medio
de la pandemia, y mi esposo no pudo acompañarme a las citas. Sin embargo, todo
salió perfecto, las pruebas, nuestras betas doblaban como debía de ser. Todo
estaba bien hasta la casi saliendo de la quinta semana de embarazo, cuando
comencé a manchar. La técnica de ultrasonido dijo que no podía localizar el
saco (a pesar de que era demasiado pronto), y tuve que enfrentarme a escuchar
eso sola, ya que a mi esposo no se le permitió entrar conmigo. No entendía eso,
¿cómo es que tenemos salones de manicura y otros lugares abiertos, pero el
padre de mi hija no puede estar conmigo para una ecografía? Lloré con todo mi
corazón, seguí gritando "no otra vez" y luego fue sólo un borrón. Me
dijeron que dejara de tomar medicamentos. Algo dentro de mí dijo, hazte otra ecografía,
así que lo hicimos al día siguiente en una ecografía boutique privada, y se
localizó el saco de la primera, se me cayó el cielo, pero reanudé mis
medicamentos de inmediato. Tres días después comencé a sangrar fuertemente y me
salió un gran coágulo, pensé que se había terminado todo. El dolor físico era inmenso,
lo que imaginaria como las contracciones se sentirían. Me dijeron que dejara de
tomar los medicamentos una vez más y que viniera al día siguiente para ecografía
para confirmar que todo se expulsó. Pero paso otra sorpresa, no solo había
crecido el saco, sino que también había un saco vitelino. Una vez más, lamenté
haber dejado de tomar medicamentos por segunda vez. Desafortunadamente, en
nuestra cita de 6 semanas y medias, no hubo crecimiento y solo se veía el saco
vitelino y nada más. Me tomó un tiempo para recuperarme emocionalmente de eso,
a pesar de que era mi tercer aborto espontáneo, era el que más me esperaba que
progresara. Abogué por un raspe, para no tener que pasar el dolor en casa y echarle
mas sal a la herida.
¿Cómo pudo
haber fallado? Ella era un embrión perfecto, de día 5, perfectamente clasificada
y genéticamente normal, más transferí con un protocolo ERA. Así que volví a
juntar mis piezas rotas y alrededor del día de acción de gracias, tuvimos
nuestra cuarta transferencia, con un protocolo mucho más agresivo, con un
embrión de igual de excelente clasificación y genéticamente normal. Cuando
llegó la beta, salió 6.5, estaba embarazada, pero no estaba embarazada. Decidí
que quería ser mamá a toda costa todavía, pero ya entendía que existían otras
alternativas. No podía soportar la idea de otra transferencia en el tiempo
inmediato, mi salud emocional no andaba bien. Investigué muchísimo sobre la
inmunología reproductiva, conseguí un centro para hacerme todas las pruebas
posibles, me sometí a comenzar el proceso para procurar el procedimiento de
manga gástrica con la esperanza de ayudar con mi inflamación crónica y tomarme
un descanso. Confío grandemente en mi tribu de Instagram y en mi comunidad de
podcasts. Estaba editando un episodio de una entrevista que habíamos hecho, en
nuestro podcast de Infertilidad Latina, con una amiga nuestra que pasó por la
maternidad subrogada. Y lloré durante horas porque sabía, yo sabía que ese
sería mi camino, y no quería retrasarlo más.
Para mi
sorpresa, mi esposo estaba más preparado para ese camino que yo. Es un poco
irónico que mi nombre de usuario de Instagram sea @travelingtobaby (Viajando a bebé).
Sobre todo, porque inicialmente, cuando me enteré de mis dos primeros
embarazos, me encontraba viajando. El primer embarazo me enteré en nuestras vacaciones
en Kioto, Japón, y el segundo embarazo durante una conferencia en Austin,
Texas. Sin embargo, ahora estamos viajando a Ucrania, debido a una extensa
investigación de sus leyes, programas, cuidado hacia las gestantes subrogadas y
la experiencia personal de una amiga. Finalmente, realmente, estamos viajamos
hacia nuestro bebé. Estamos en medio del papeleo y tenemos un contrato listo
para enviar los embriones restantes con la esperanza de poder sostener a
nuestro bebé en nuestros brazos. La FIV no siempre garantiza un bebé y los arcoíris
vienen de muchas maneras diferentes. Mientras estés dispuesta y puedas seguir
adelante, sigue luchando si es lo que quieres. Considerar otras rutas para ser
padre o madre, o decidir vivir sin hijos, también es una decisión perfecta y
hermosa. A lo que también quiero volver a enfatizar que pase lo que pase, eres
valiente incluso si no quieres serlo y no estás sola, ni solo. Me he tomado el
tiempo para curarme emocionalmente y cambiar de estrategia entre cada uno de
mis ciclos y siempre estaré agradecida con la vida por tener ese enfoque. Estoy
muy emocionada y esperanzada nuevamente sobre lo que nos puede traer nuestro
viaje de maternidad gestacional. Mi consejo para cualquiera que esté
atravesando este viaje hacia ser madre o padre, es que te cuide: "No se
puede servir de una taza vacía". El viaje hacia ser padres pude ser uno
con curvas o sin curvas, pero estoy segura de que hay un hermoso arcoíris en el
destino, uno al que vale la pena viajar.
In English, Audrey's Story
I came to Atlanta, GA directly from Puerto Rico to work in 2013, and fell in love with the city and a co-worker (who was also from Puerto Rico) and never looked back. Jorge and I always knew we wanted children, we were ready, and we never avoided pregnancy in our almost eight years together. After one year of actively trying, I knew something was wrong. I was so uneducated, the first thing I did was a web search for an "infertility doctor" I did not even know what a Reproductive Endocrinologist was. My new Obgyn suspected endometriosis and PCOS, And I had a cyst, he kept suggesting that I should have laparoscopic surgery. I was reluctant, I had never had surgery in my life, and I did not want to take time off from work. After many medicated failed cycles, I had the surgery and I healed wonderfully and fast.
During the recovery period, I fell pregnant and we found out I was pregnant in Japan! It was our much-awaited dream trip, and I had only taken one pregnancy test with me. After being one day late and having nausea from a glass of champagne, I decided to test to see the faintest line! We learned how to say pregnancy test in Japanese ( "ninshin kensa yaku") and bought three tests and they were all blazing positive. When we arrived in Atlanta, unfortunately, we heard the words "empty sack " I was so confused and heartbroken, this was my first miscarriage. I fell on the biggest depression of my life. Miscarriages and IVF are not openly talked about in my culture. I struggled hard. We proceeded with two IUIs, which failed, and the cycle right after, I got pregnant again the conventional way, but sadly miscarried again on my birthday. At this point, I was two steps ahead. During my IUIs, I had decided it was time for IVF and I visited all the clinics in my area.
To my surprise, my husband was more ready for that path than I was. It's sort of ironic that my Instagram handle is @travelingtobaby (Traveling To Baby). Mostly because, when I found out about my first two pregnancies I was traveling, first in Kyoto, Japan, and the second one in Austin, Texas. However, we are now traveling to Ukraine, due after extensive research of their laws, programs, surrogate care, and friend's personal experience. We are traveling to our baby. We are in the midst of the paperwork and under contract to send our remaining embryos in hopes we get to hold our baby in our arms. IVF does not always guarantee a baby and rainbow endings come in many different ways. As long as you are willing and able to keep going, keep fighting if it's what you want. Considering other routes for parenthood, or deciding on living without children, is also a perfect and beautiful decision. To which I also want to reemphasize that no matter what, you are brave even if you don't want to be and you are not alone. I have taken time to heal and re-strategize in between each of my journeys and I will always be grateful for that approach. I am very excited and hopeful once again about what our surrogacy journey may bring us. My advice is to anyone going through this journey to parenthood is to take care of yourself, " You can't pour from an empty cup". The journey to parenthood is a bumpy, or bumpless one, but I am certain there is a beautiful rainbow at the destination, one worth traveling to.
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